1º día con las familias en Ritzina: DZIEKUJE, no es suficiente

por obradoiros

Desde que ha comenzado el viaje, las aproximadamente 120 personas que forman esta peregrinación, se han dividido en 3 grupos que viven intensamente diferentes situaciones pero con un mismo fin: llegar al encuentro con el Papa en Cracovia.

Tras la visita de Praga, cada bus ha ido en busca de las familias de acogida localizadas en diferentes pueblos de Ritzina, una región de Polonia. Esta es una gran experiencia para cada joven, ya que convivirán con auténticos desconocidos que abren sus puertas y ofrecen lo mejor de si mismos para que disfrutemos de nuestra estancia en Polonia, cubriendo nuestras neciesidades básicas (ducha, comida, lavar la ropa); es decir, realizan una pequeña obra de misericordia, que a fin de cuentas, es lo que se pretende enseñar a cada uno de nosotros en esta JMJ.

A parte de estar con las familias, se realizan pequeñas actividades, tanto turísticas como lúdicas que sirven para que vayamos creciendo como grupo, nos conozcamos mejor ademas de compartir cada momento que hemos vivido junto a la familia o durante la peregrinación, y así descubrir otras realidades que se nos escapan de las manos.

En resumen, no se puede contar con palabras todo aquello que estamos recibiendo, ya que realmente un simple GRACIAS (THANKS/DZIEKUJE)no es suficiente para agradecer tantas atenciones recibidas, así como momentos vividos.

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