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Estuve en el puente de San José de ejercicios espirituales en Dorrón.
Podía haberme ido de viaje, si, pero decidí estar tres días en silencio,
desconectándome de todos los ruidos del día a día para encontrarme con
el Señor. ¿Y que son los ejercicios espirituales? Pues eso, un encuentro
con el Señor, con todo un Dios enamorado de ti que te habla al corazón.
Siguiendo a San Ignacio de Loyola teníamos unas charlas que nos
orientaban para nuestras meditaciones con la Biblia. Pensé que me iba a
costar entrar en la dinámica del silencio porque soy muy charlatana y
que tanta oración me iba a costar lo suyo, pero la verdad es que se me
hizo todo muy fácil. Te sentías en comunidad y muy a gusto con la gente.
El sitio no podía tener unas vistas mejores, a la ría de Pontevedra, y
las monjas calasancias nos trataron genial.
Ahora toca asimilar todo
lo que hemos recibido estos días y llevarlo a nuestro día a día. La
verdad es que repetiría sin dudarlo.
Podía haberme ido de viaje, si, pero decidí estar tres días en silencio,
desconectándome de todos los ruidos del día a día para encontrarme con
el Señor. ¿Y que son los ejercicios espirituales? Pues eso, un encuentro
con el Señor, con todo un Dios enamorado de ti que te habla al corazón.
Siguiendo a San Ignacio de Loyola teníamos unas charlas que nos
orientaban para nuestras meditaciones con la Biblia. Pensé que me iba a
costar entrar en la dinámica del silencio porque soy muy charlatana y
que tanta oración me iba a costar lo suyo, pero la verdad es que se me
hizo todo muy fácil. Te sentías en comunidad y muy a gusto con la gente.
El sitio no podía tener unas vistas mejores, a la ría de Pontevedra, y
las monjas calasancias nos trataron genial.
Ahora toca asimilar todo
lo que hemos recibido estos días y llevarlo a nuestro día a día. La
verdad es que repetiría sin dudarlo.
Icíar Camuñas
Decidí apuntarme a los Ejercicios Espirituales porque estaba buscando unos días para descansar de la rutina y para vivir de forma diferente el final de la Cuaresma, ¡pero realmente encontré mucho más!
Estando allí descubrí lo bueno que es poder estar unos días en silencio, dejando a un lado el ruido y las prisas del día a día.
Pero lo mejor de los Ejercicios fue sin duda sentir de manera especial el amor y la presencia de Jesús en nuestras vidas.
¡Os recomiendo vivir esta experiencia!
Rafa Barros