Testimonio JMJ Panamá 2019

por Laura
Este
enero fui a Panamá para vivir la Jornada Mundial de la Juventud, en un viaje
organizado por el Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal
Española.

No
solo pude disfrutar de los actos centrales con el Papa, sino que también
estuvimos días antes en la Diócesis de David, en la ciudad de Bugaba. Allí
pudimos conocer cómo es la Iglesia panameña, cómo viven la fe, cómo hacen
comunidad, cómo celebran a Cristo.

Lo
que más me llamó la atención fue ver una Iglesia ¡tan viva! La parroquia
funcionaba a la perfección sin necesidad de que el párroco estuviese presente.
De hecho, solo recuerdo verlo el día de la llegada. ¡Los laicos estaban tan
comprometidos! Ellos llevaban el peso de la comunidad. La Iglesia era parte de
su vida, una parte muy importante. ¡Los laicos eran Iglesia! Tenían todo
preparado y organizado para acogernos, según el ministerio y los dones de cada
uno.

Su
cultura es muy distinta a la nuestra, y como dijo el Papa Francisco en Panamá,
ante las diferencias, yo quiero ser constructora de puentes, no de muros, para
que un día se cumpla el sueño de Jesús de que todos sean uno, para que el mundo
crea (Jn 17, 21). Y si algo bueno tiene viajar y construir puentes, es ver y conocer
otras alternativas y aprender de ellas. De nada sirve tener buenas
experiencias si solo se quedan en eso, experiencias. Es necesario llevar todo
lo bueno que viví a mi día a día, a mi Iglesia, a mi familia. Tengo que contarlo,
no se puede quedar solo en las fotos.

Durante
esos días, algunos sacerdotes españoles hacían una reflexión muy cierta, y es
que nosotros llevamos la fe a América hace años y ahora son ellos los que
tienen algo que enseñarnos
.

Yo
lo vi y lo compartí con ellos y ahora siento unas ganas tremendas de contarlo
también en mi casa. Quiero contar a todos quién es Jesús, quiero suplicar a mi Iglesia
diocesana que me deje ser parte de ella, no quiero estar más en el banquillo, no
me conformo con ir a misa los domingos, yo también quiero ser y hacer la Iglesia,
lo necesito. 

Porque ya no puedo vivir como hasta ahora, quiero que todos
conozcan a Jesús.

Laura R.

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