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Después de comer empezamos el magacine, entrevistas, música, testimonios, bailes…, dos horas de entretenimiento.
Uno de los momentos más intensos fue el testimonio de dos Sirios, que nos explicaron la realidad que vive su país, y que no dejó indiferente a nadie.
Una vez terminada la vigilia nos fuimos a merendar y después nos desplazamos a la Iglesia de los Franciscanos donde tuvimos la fiesta del perdón.
Desde allí nos desplazamos en procesión con la Virgen a la parroquia, donde celebramos la Eucaristía.
Gracias al pueblo de Noia por tan buena acogida.