Por segunda vez, en A Coruña, tuvo lugar una Luz en la noche. Esta vez nos reunimos en la Residencia Maria Inmaculada, donde las monjas nos recibieron con mucha amabilidad.
Después de una espléndida tarde de formación, en la que conocimos los 10 grandes regalos de haber puesto en marcha este nuevo método de evangelización, se repartieron los distintos ministerios. A mí me tocó el de acogida. Las parejas empezaron a salir a la calle y en mi cabeza no paraba de rondarme la pregunta ¿entrará alguien?
Pues si, pronto pudimos ver caras desconcertadas, de risas, de preguntas, de intriga… ahí estamos el equipo de acogida para anunciarles la luz de Cristo, luz que como nos decía una monja de la Residencia “esta Luz ni se paga, ni se apaga nunca”.
Gracias a Dios, por darme la oportunidad de ver, una Luz en la Noche más, que su Providencia es grande, muy grande y que no caminamos solos, que el Espíritu Santo nos protege y nos da la fuerza y la alegría para ser, como decía Santa Teresita, gotitas de rocío que se ocultan en el cáliz de la flor de los campos, muy pequeña ante los ojos humanos pero grande ante los ojos de Dios.
Eugenia Orge.