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“Mi segunda luz en la noche, y
esta vez tocaba en casa. Los nervios previos fueron inevitables, y todos,
aunque tratásemos de disimularlo, teníamos miedo a que en nuestra ciudad esta
iniciativa no funcionase. Pero una vez más, el amor de Jesús no pasó desapercibido
y muchos jóvenes han querido encontrarse con Él esa noche.
esta vez tocaba en casa. Los nervios previos fueron inevitables, y todos,
aunque tratásemos de disimularlo, teníamos miedo a que en nuestra ciudad esta
iniciativa no funcionase. Pero una vez más, el amor de Jesús no pasó desapercibido
y muchos jóvenes han querido encontrarse con Él esa noche.
En esta ocasión el Señor dispuso
que repitiera ministerio y me quedase acogiendo en la Iglesia. Desde el momento
en que se abrieron las puertas comenzaron entrar jóvenes intrigados por lo que
allí estaba ocurriendo. Cuando entran sus caras muestran el desconcierto, el no
saber que hacen allí, ni quién los ha mandado entrar… Todo empieza a cambiar
cuando les indicas que Jesús es el anfitrión de la noche y que los está
esperando.
que repitiera ministerio y me quedase acogiendo en la Iglesia. Desde el momento
en que se abrieron las puertas comenzaron entrar jóvenes intrigados por lo que
allí estaba ocurriendo. Cuando entran sus caras muestran el desconcierto, el no
saber que hacen allí, ni quién los ha mandado entrar… Todo empieza a cambiar
cuando les indicas que Jesús es el anfitrión de la noche y que los está
esperando.
Les das un papel en blanco y un boli que los obliga a frenar, a
dejar de echar cuentas de las copas que se pueden tomar esta noche y pararse a
pensar en ellos mismos. Van a hacer un examen en el que no hay preguntas,
solamente hay un amor infinito que tantas veces no correspondemos. En el
acompañamiento por el pasillo, te cuentan parte de la reflexión que han estado
haciendo, sus dudas, sus problemas…y es ahí cuando te das cuenta de que Jesús
te está usando como instrumento para acercarlos a Él con cada palabra, al igual que con cada
paso que das por el centro de la Iglesia. Y por fin, llegó el momento, cara a
cara con Él ya no hay dudas, no hay miedos, ni hay problemas ¡Jesús te habla!
dejar de echar cuentas de las copas que se pueden tomar esta noche y pararse a
pensar en ellos mismos. Van a hacer un examen en el que no hay preguntas,
solamente hay un amor infinito que tantas veces no correspondemos. En el
acompañamiento por el pasillo, te cuentan parte de la reflexión que han estado
haciendo, sus dudas, sus problemas…y es ahí cuando te das cuenta de que Jesús
te está usando como instrumento para acercarlos a Él con cada palabra, al igual que con cada
paso que das por el centro de la Iglesia. Y por fin, llegó el momento, cara a
cara con Él ya no hay dudas, no hay miedos, ni hay problemas ¡Jesús te habla!
Confieso que cuando mis amigos me
contaban su experiencia de ULELN, siempre pensaba que quizás no era para tanto
y que estaban exagerando. Ahora puedo decir que no, ¡incluso se quedaban
cortos! La gente que se acoge no olvidará que en esa noche estuvieron postrados
ante Jesús vivo, pero sin duda los que participamos somos los más tocados, los
que salimos más evangelizados en esa noche. Nos unimos por Jesús, para anunciar
que Él sigue vivo en medio de nosotros, y compartir nuestra alegría con los
demás. Estar tantas horas con Él nos toca el corazón y poniéndonos a sus pies
nos descubre y nos destapa, con Jesús no hay secretos que valgan.
contaban su experiencia de ULELN, siempre pensaba que quizás no era para tanto
y que estaban exagerando. Ahora puedo decir que no, ¡incluso se quedaban
cortos! La gente que se acoge no olvidará que en esa noche estuvieron postrados
ante Jesús vivo, pero sin duda los que participamos somos los más tocados, los
que salimos más evangelizados en esa noche. Nos unimos por Jesús, para anunciar
que Él sigue vivo en medio de nosotros, y compartir nuestra alegría con los
demás. Estar tantas horas con Él nos toca el corazón y poniéndonos a sus pies
nos descubre y nos destapa, con Jesús no hay secretos que valgan.
Gracias Jesús por todo el bien
que me has regalado a mí y a otros muchos en esa noche, que nunca olvidaremos,
gracias a todos los que nos habéis encomendado en vuestras oraciones y gracias también
a los que con tanto cariño habéis organizado todo. ¡Nunca os canséis!”
que me has regalado a mí y a otros muchos en esa noche, que nunca olvidaremos,
gracias a todos los que nos habéis encomendado en vuestras oraciones y gracias también
a los que con tanto cariño habéis organizado todo. ¡Nunca os canséis!”
Adrián Rodríguez Iglesias – Ourense