Testimonios del camino (III)

por obradoiros
Cada día camino algún kilómetro entre moverme a clases, a las actividades
extraescolares o para reunirme con mis amigos. Caminar con fines
normales y cotidianos, sólo, con música…. Esta Semana Santa
aprendí a caminar de nuevo, a caminar con Jesús al lado, un Jesús que se
hizo amigo íntimo mío en esos escasos cuatro días caminando. Desde esta
experiencia he aprendido a comunicarme con Dios, a tenerlo más presente
en mi vida. Además, estaba rodeado de un grupo de 50 maravillosas
personas, cada una mejor que la anterior (y sería injusto con la
anterior). Ellos me han enseñado a ser cristiano, no avergonzarme por
ello, y a difundirlo en mi entorno. Esta alegría quisiera que todos mis
amigos conocieran, es una gran fuerza espiritual que te anima cada día.
Ahora ya no camino sólo…
Álvaro Villajos

También te puede interesar

Deja un comentario