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UNA GRAN NOCHE
La verdad es que al escribir estas líneas doy gracias a Dios por haberme permitido ser su centinela el sábado 14 de junio en Pontevedra. Es la segunda vez que participo y repetí en el ministerio de calle, volvía a estar nervioso porque nunca se sabe cómo estará el ánimo de la gente que te encuentras.
Pero… una vez más el Espíritu Santo se ha derramado con creces y ha ido todo muy bien. La gente nos escuchó con respeto y yo notaba que a la vez con admiración por lo que hacíamos.
Mi compañera Consuelo, les preguntaba directamente qué les parecía esta iniciativa y todos respondían que les sorprendía, sobre todo por ser sábado y no hacerse el domingo, con lo cual llego a la conclusión que la gente sigue considerando que efectivamente, el domingo es día del Señor.
Entonces la misión es grande: día de Dios es todos los días, toda la vida, toda la existencia. Todo lo bueno y lo malo de una persona, con sus virtudes y con sus miserias, este es el gran reto de nuestra Iglesia Católica; salir a anunciar a un Jesús que murió y resucitó por todos nosotros, salir a acoger y no a juzgar, salir a escuchar para ayudar y no criticar y quedarse de brazos cruzados.
Ha sido una experiencia inolvidable y de compromiso. Ya sabéis, los jóvenes estamos aquí para lo que haga falta.
Compartir con verdaderos amigos y hermanos es otra cosa con la que me quedo, el cariño de los voluntarios que siempre nos cuidan con un especial afecto, al párroco por su solidaridad para con los centinelas.
A TODOS GRACIAS!!!
Y como diría Marcial ¡¡¡ con Cristo, me siento seguro !!!
Pero… una vez más el Espíritu Santo se ha derramado con creces y ha ido todo muy bien. La gente nos escuchó con respeto y yo notaba que a la vez con admiración por lo que hacíamos.
Mi compañera Consuelo, les preguntaba directamente qué les parecía esta iniciativa y todos respondían que les sorprendía, sobre todo por ser sábado y no hacerse el domingo, con lo cual llego a la conclusión que la gente sigue considerando que efectivamente, el domingo es día del Señor.
Entonces la misión es grande: día de Dios es todos los días, toda la vida, toda la existencia. Todo lo bueno y lo malo de una persona, con sus virtudes y con sus miserias, este es el gran reto de nuestra Iglesia Católica; salir a anunciar a un Jesús que murió y resucitó por todos nosotros, salir a acoger y no a juzgar, salir a escuchar para ayudar y no criticar y quedarse de brazos cruzados.
Ha sido una experiencia inolvidable y de compromiso. Ya sabéis, los jóvenes estamos aquí para lo que haga falta.
Compartir con verdaderos amigos y hermanos es otra cosa con la que me quedo, el cariño de los voluntarios que siempre nos cuidan con un especial afecto, al párroco por su solidaridad para con los centinelas.
A TODOS GRACIAS!!!
Y como diría Marcial ¡¡¡ con Cristo, me siento seguro !!!
Jose Ricardo Rodríguez