El 1 de octubre fue un día, mejor dicho, una noche muy especial, se celebraba la primera Luz En La Noche en A Coruña y creo que no por casualidad, sino por Providencia, recordábamos este día a Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones.
Fui muy emocionada y dispuesta a lo que el Señor me pidiera en esta noche mágica: salir a la calle a anunciar a Jesús, interceder en oración, acoger a los que se acercaran… llegó el momento del envío y me tocó intercesión. Me dispuse en la iglesia de San Nicolás a orar por la pareja de centinelas que se me asignó y por todos los que de una u otra forma participarían de esta experiencia.
Recordaba con agradecimiento a Don Baltasar, Fundador de las Hijas de la Natividad de María, que con tanto celo quiso acercar a las familias de la ciudad de la Coruña a Jesús y sentía que esta noche, también él nos acompañaba en esta invitación: Ven a la Iglesia, aquí Jesús te espera y te ama.
Y así con todos estos sentimientos fueron pasando las horas de oración, durante las que veía entrar jóvenes de forma continuada y presentarse ante Jesús que los esperaba.
Cerramos la iglesia y cuando compartimos lo vivido por los centinelas: los que salieron a la calle, los de acogida, los de intercesión, los sacerdotes… me di cuenta una vez más, que todo esto no es obra nuestra, sino de Dios y que fue realmente, como diría, Teresita, una gran lluvia de rosas (de bendiciones), la que se derramó esta noche en la ciudad de la Coruña.
Rocío Novo Baamonde