Testimonio ULELN: “Llamados a dar razón de nuestra fe”

por obradoiros
Todos aquellos que somos cristianos estamos llamados en el mundo a dar “razón de nuestra esperanza y de nuestra fe” (1 P, 3,15). Esta frase es quizá un buen resumen y motivo de aquello que he tenido la suerte de ver con mis propios ojos después de escucharselo a otros. Como no podía ser de otra manera… La “fe” proviene de la “escucha”; de la escucha y del entusiasmo de muchos que hicieron posible compartir y transmitir Una luz en la noche (ULELN) en la parroquia de santa Eufemia en Ourense.
He de decir que la idea de participar en una ULELN, a pesar de las magníficas recomendaciones, me aterraba. Y digo esto por varios motivos. El primero y fundamental eran los respetos humanos:”¿qué diran y pensarán de mi? ¿Pensarán que soy un loco más por ahí suelto que no tiene más que hacer y voy a romper la cabeza a la gente por la calle?; tambien me ponia en el lugar del otro, y me imaginaba qué haría, y aún lo sigo pensando, yo que me digo católico practicante, si me pasara a mí, una situación así.
El otro motivo era el miedo a no saber estar a la altura de las circunstancias; a no saber ser capaz de expresar de manera iluminadora por qué cristo sigue siendo hoy atrayente y no solo para la mediana edad, sino tambien para cualquiera.
La situación es que, dejando los miedos a un lado, me animé. Incluso habia aceptado que me tocaba salir a la calle, con mucha tranquilidad. Resultó que el espíritu de alguna antorcha sopló, y en el último momento resultó que mi ministerio seria el de intercesor. Interceder en oración por aquellos que fueron “de dos en dos” anunciando que cristo tiene una oportunidad nueva que dar a aquellos que la quieran acoger.
Me quedé dentro de la iglesia, y aunque la perspectiva de estar dos horas de oración en silencio, sin tablets, libros, rosarios…como nos habian pedido; una oración como la del ciego del camino: sencilla,”Hijo de David ten compasión de mi”, y confiada “Que pueda ver”. El ciego Bartimeo le pidió una segunda oportunidad en la vida: poder diferenciar la tiniebla de la luz y haciendolo, seguirle.
Mi mayor sorpresa fue ver como al poco de abrir las puertas, empezó a entrar una cantidad muy dispar de personas que en su corazón también querían ver; sacarse las legañas y comenzar a ver la luz sin ningún velo. Cada uno de ellos, que lo cuenten los del ministerio de acogida, tenia una situación vital cuando entraron, pero lo importante es que todos salieron distintos. No quiere decir que se haya obrado un milagro de conversión masivo. Posiblemente ninguno de ellos de un vuelco radical en su vida, pero seguro que su concepto de Dios, de la Iglesia y de los creyentes ha cambiado por completo, y eso no es poco. Nuestra tarea es sembrar, no cosechar.
Puede que esto suene raro e incluso irreal, como me lo pareció a mí, pero me aseguran desde la delegación de Santiago que no, ¡no eran figurantes pagados por Adrio!. Para aquellos más incredulos como yo, mi único consejo es que vayas y, como Tomás, lo compruebes con tus propios ojos, pero cuidado; igual te enganche y detrás de una viene otra…

Ojalá que esta Luz en la noche nos ayude a ser más reflejos de la verdadera luz para este mundo que es Cristo y poco a poco vayamos iluminando las tinieblas que están a nuestro alrededor.
David Alvarez Pernas.

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