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Es un nuevo día; otra jornada de caminata por delante. Empezábamos en Redondela con el desayuno y el rezo de laudes. Cogiendo fuerzas, en todos los sentidos, para lo que teníamos por delante: no muchos quilómetros, pero sí unas cuestas bastante pronunciadas. La primera de ellas nada más salir de Redondela. La segunda, tras la parada, en la salida de Pontesampaio.
A las dos de la tarde llegaban los primeros peregrinos para darse una merecida ducha en el colegio del Sagrado Corazón de Pontevedra. Y a las tres y media, en los locales parroquiales, la Parroquia de Santa María nos obsequiaba con una estupenda comida. No solo la comida, también una cena con su jamón incluido. Nos alimentaron materialmente, pero también obsequiaron nuestro interior con una preciosa celebración penitencial en la basílica y con la Eucaristía, presidida por el párroco y anterior delegado, Javi Porro.