¿Por que debería hacer ejercicios espirituales?
¿Quién puede hacer Ejercicios?Los Ejercicios Espirituales no son para gente buena, que además se lo sabe, y no siente el aguijón de un “más”. No son para espíritus conformistas, ni para aquellos que lo quieren todo sin renunciar a nada. Son para gente capaz de poner en juego lo que tiene para perseguir lo que ama, emprendedores y arriesgados en correspondencia con una apuesta existencial de gran calado. Gente sedienta de conversión profunda porque sabe que necesita algo más y algo distinto, o está atravesada por la búsqueda y el anhelo de lo que Jesucristo promete a sus amigos y amigas.
Los Ejercicios requieren de la persona cierta estabilidad emocional, disposición a un compromiso estable y continuado, y capacidad para una cierta interiorización.
¿Cómo se hacen?
Poniendo toda la carne en el asador. Son básicamente Ejercicios de oración personal, de unidades de tiempo reservadas exclusivamente para la intimidad con Dios. Y se sirven también de todo aquello que la Iglesia emplea para asegurar la transformación del hombre en Cristo: gustar la Palabra de Dios, examen de la propia vida, ascesis, guía espiritual, vida sacramental y litúrgica, desbordamiento del servicio, realimentación con lecturas adecuadas del paradigma enamorado del seguimiento de Cristo. Esas experiencias afectan a todo lo que uno siente, proyecta y realiza a lo largo del proceso, con una lectura permanente de lo que el Señor quiere comunicarnos a través de lo que experimentamos
Hoy es el último día…