Peregrinación de jóvenes a Lourdes

por obradoiros

Vuelvo feliz.
Ésta fue, no sólo mi primera peregrinación a Lourdes, sino
la primera vez como voluntaria de la Hospitalidad de Coruña y mi primer
contacto en el cuidado de enfermos.
Haciendo un repaso de las actividades, recuerdo cada momento
con muchísima emoción, pero cada uno de ellos único a la vez.
He aprendido la palabra ALEGRÍA. La que viene del encuentro
con Jesús a través de los enfermos: de saber que todo sufrimiento ofrecido a Él
es encuentro; que toda entrega y sacrificio de los cuidadores y familia es
darse por puro amor; y que el cansancio físico se convierte en alegría al
volver a ver sus caras radiantes.
Me quedo con la frase de uno de los camilleros: Lourdes es
un trocito del Cielo en la Tierra.
Magdalena Rodríguez

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