Una vez después de haber salido de la Basílica cogimos nuestro “súper bus” y nos dirigimos al Monte de los Pastores; en el que vimos las distintas escenas de los pastores (Reyes Magos) siguiendo la estrella que les dirigía a Belén.
Después nos aventuramos en una misión arriesgada que nos llevó hasta una gruta en la cual celebramos la Eucaristía. Debido al calor que hacía allí dentro, decidimos curiosear unas ruinas y galerías de los antiguos pastores.
De regreso a nuestra querida Belén, echábamos tanto de menos la Basílica que antes de llenar nuestros estómagos volvimos a la misma.Por la tarde fuimos al Templo de los cruzados, situado en Jerusalén, en donde estaban las piscinas de Bir Zeit donde uno de nuestros diáconos quiso sustituir al guía y en una de sus explicaciones su móvil fue a parar al fondo de una de las piscinas.
Continuamos con nuestra aventura observando la Capilla donde Jesucristo fue condenado y flagelado. Siguiendo por la Vía Dolorosa llegamos a un convento que contenía unas antiguas cisternas y una representación en las losetas del suelo que eran los juegos a los que se dedicaban los centinelas para pasar el tiempo.

Y después de un día tan intenso volvimos a nuestra Casa Nova de Belén para descansar. Allí cenamos y antes de dormir tuvimos nuestro ratito de oración con exposición del Santísimo.