108
El pasado sábado, 14 de marzo, la Parroquia de Santa María la Mayor de Pontevedra
acogió una nueva sesión del Máster de Nueva Evangelización, en una jornada en
la que se abrieron las puertas del Máster a la participación de todos aquellos catequistas
y demás personas implicadas en la transmisión de la fe del ámbito de la Vicaría
de Pontevedra. La razón: la presencia de Álvaro Ginel como ponente principal,
tratándose de uno de los más importantes catequetas de la España actual, en
cuyo haber cuenta con decenas de obras y manuales escritos sobre Catequesis. Como el
aula magna del Centro Parroquial de esta feligresía se quedó pequeña, de forma extraordinaria se
impartió su charla coloquio en la propia Basílica de Santa María, suscitando gran interés y asistencia.
acogió una nueva sesión del Máster de Nueva Evangelización, en una jornada en
la que se abrieron las puertas del Máster a la participación de todos aquellos catequistas
y demás personas implicadas en la transmisión de la fe del ámbito de la Vicaría
de Pontevedra. La razón: la presencia de Álvaro Ginel como ponente principal,
tratándose de uno de los más importantes catequetas de la España actual, en
cuyo haber cuenta con decenas de obras y manuales escritos sobre Catequesis. Como el
aula magna del Centro Parroquial de esta feligresía se quedó pequeña, de forma extraordinaria se
impartió su charla coloquio en la propia Basílica de Santa María, suscitando gran interés y asistencia.
Ginel
no sólo derrochó simpatía y conocimientos, sino que demostró en su
propia forma de hablar que realmente el Evangelio debe hacerse
vivo: así, interactuó constantemente con el público, dado ejemplo de
cómo en la Catequesis no se debe de tratar a los chavales como meros
espectadores, como meros destinatarios, sino que debe convertirlos en
interlocutores, en un diálogo constante que ayude a crecer en comunidad.
Además, Ginel, con sus ademanes, con sus subidas y bajadas de tonos,
supo cautivar la
atención desde el primer momento.
no sólo derrochó simpatía y conocimientos, sino que demostró en su
propia forma de hablar que realmente el Evangelio debe hacerse
vivo: así, interactuó constantemente con el público, dado ejemplo de
cómo en la Catequesis no se debe de tratar a los chavales como meros
espectadores, como meros destinatarios, sino que debe convertirlos en
interlocutores, en un diálogo constante que ayude a crecer en comunidad.
Además, Ginel, con sus ademanes, con sus subidas y bajadas de tonos,
supo cautivar la
atención desde el primer momento.
El director de la revista “Catequistas” hizo un recordatorio continuado sobre cómo los métodos que eran válidos hace
veinte o treinta años, ya no son válidos en las Catequesis de hoy y que, además,
cada grupo de catecúmenos es un mundo en sí mismo, para el cual no existe un
método preconcebido que vaya a funcionar con garantías. Es el trato cercano, el afecto,
la interacción, el hacer que el niño se sienta importante, lo que va a permitir al
niño abrirse al catequista y sentir que éste no es sólo alguien que trata de
infundirle unas ideas o creencias, sino una persona que se preocupa por su bienestar. Porque, ¿cómo van a recordar los chavales
aquello que se les dice, si los catequistas no recuerdan aquello que le han
dicho los propios chavales?
veinte o treinta años, ya no son válidos en las Catequesis de hoy y que, además,
cada grupo de catecúmenos es un mundo en sí mismo, para el cual no existe un
método preconcebido que vaya a funcionar con garantías. Es el trato cercano, el afecto,
la interacción, el hacer que el niño se sienta importante, lo que va a permitir al
niño abrirse al catequista y sentir que éste no es sólo alguien que trata de
infundirle unas ideas o creencias, sino una persona que se preocupa por su bienestar. Porque, ¿cómo van a recordar los chavales
aquello que se les dice, si los catequistas no recuerdan aquello que le han
dicho los propios chavales?
Finalmente, Álvaro Ginel quiso insistir en la importancia de “agrandar el
sí” a Cristo, pues por mucho que podamos hacer por Él y para Él, siempre vamos
a tener espacio para poder ampliar nuestra labor evangelizadora.
sí” a Cristo, pues por mucho que podamos hacer por Él y para Él, siempre vamos
a tener espacio para poder ampliar nuestra labor evangelizadora.