Más de la JMJ

por obradoiros
Aquí están los testimonios de los jóvenes de la Renovación
Carismática de nuestra diócesis que estuvieron en Río.
La JMJ ha sido toda una experiencia de nuevo. Después de la
de Madrid la expectativa para Brasil era muy alta, ya simplemente por ser donde
era, por que de repente teníamos Papa nuevo y por todo este momento que habla
de un montón de cosas nuevas o renovadas en la Iglesia. Y una vez que ya ha
pasado puedo decir que se cumplieron.
Estando allí pudimos vivir realidades de lo más variado,
empezando por la Semana Misionaria en Valinhos, donde ya conocíamos a
brasileños que habían estado en Madrid en el 2011, pasando por el Festival de
la Juventud Carismática en Lorena y terminando con la JMJ en pleno Rio de
Janeiro y con todos los actos centrales de Copacabana. Cada vez que un plan se
torcía, tanto los nuestros que eran planes pequeños, como el hecho de que la
vigilia y la misa final fuese en Copacabana parecían que eran buscados por Dios
para ponernos algo mejor delante.
Para mí ha sido un viaje de regalos: el grupo que fuimos
desde España de la RCC; la gente que nos acogió en cada lugar en el que
estuvimos; la experiencia de misión en Valinhos; visitar la comunidad
carismática más grande de Brasil Cançao Nova; conocer al autor de la canción de
“Sentinela da manha” en el festival de la renovación y el taller que
también tuvimos allí sobre ser Centinela; poder celebrar misa en la capilla de
la Aparecida que hay justo debajo del Cristo del Corcovado ¡Estuvimos dentro
del Cristo celebrando misa!; el ambiente que había en todas partes de
renovación carismática, cada adoración; la primera misa en Copacabana, cuando
me di cuenta que de verdad estaba allí; la vigilia y las palabras del Papa Francisco,
que hay que escucharlas y leerlas de nuevo. Y por supuesto la gente de Brasil,
ya mi segunda familia, que nos han cuidado dándonos todo lo que podían y lo que
estaba dentro de sus posibilidades, que han rezado con nosotros y también nos
han intentado enseñar a bailar jajajajaja
Enumero las cosas para que os hagáis una idea, por que aun
después de una semana cuesta explicar lo bueno de cada momento.
En todo lugar viví esa llamada de Dios a decirnos que nos
moviésemos, que nos llamaba a ser, pero también a hacer discípulos. Una llamada
que todo este último año he experimentado y que veo como algo muy claro, Dios
no quiere que nos quedemos quietos, eso es tener miedo, no confiar en Él y
dejar pasar la oportunidad de vivir los planes que tiene preparados, esos
planes que sorprenden y siempre son un increíble regalo.
Ahora hay que preparar la siguiente ¡¡ que es en casa
!!  ¡¡¡¡ Krakow 2016 !!!!
Laura Castaño
En JMJ Río he vivido una Iglesia alegre, abierta, renovada.
He vivido qué ocurre cuando la RCC echa raíces en las parroquias. Una
parroquia con un grupo de 20 jóvenes, todos ellos de la RCC, que llevan las
actividades de pastoral y preparan asambleas de oración para el resto de la
comunidad parroquial. Cuando estuvimos, coincidió que un día hubo Efusión del
ES y los adultos y mayores de la parroquia se acercaban a recibir la efusión
de nuestra parte, los jóvenes. Fue una experiencia alucinante, muy
esperanzadora.
Pero la experiencia que más me ha tocado de Brasil, el
mayor testimonio o lo que más puedo decir que me ha cuestionado y me ha
cambiado ha sido el espíritu de las personas. Y entre toda su manera de vivir
las cosas, sus costumbres, su buena voluntad y la bondad de sus corazones lo
que más me ha transformado ha sido su APERTURA: estar abiertos a Dios en todo
momento, la naturalidad para rezar en cualquier momento y lugar, el ser capaz
de escuchar y ver a Dios en cualquier situación; en definitiva, tener los
oídos y el corazón bien abiertos y dispuestos.
Esa apertura a Dios es la que hace de un pueblo como el
brasileño un terreno fértil para la obra del Espíritu, un pueblo que pide
con FE un Nuevo Pentecostés. Y es eso lo único que nos diferencia y lo que
tenemos que aprender: confiar en que Dios está derramando una nueva unción en
este tiempo, una unción que levanta hombres y mujeres dispuestos/as a vivir el
Evangelio con radicalidad y que está siendo decisiva en este tiempo de
renovación de la Iglesia.
Javi Pérez

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