“He escuchado con mucho dolor en el corazón los testimonios de Winnie y de Emmanuel. Y, al escucharlo, me hice una pregunta: ¿Una experiencia negativa puede servir para algo en la vida? Sí. Los dos sufrieron experiencias negativas. Winnie pensaba que no había futuro para ella. Que la vida para ella era un muro delante. Pero Cristo le hizo entender que, en la vida, se puede hacer un gran milagro: transformar una pared en horizonte abierto. Un horizonte que me abra el futuro. Delante de una experiencia negativa (y muchos de los que estamos acá las hemos tenido) siempre está la posibilidad de abrir un horizonte. De abrirlo con la fuerza de Jesús. Hoy Winnie transformó su depresión y su amargura en esperanza.
Y esto no es magia. Esto es obra de Jesús. Porque Jesús es el Señor. Jesús lo puede todo. Y Jesús sufrió la experiencia más negativa de la Historia. Fue insultado, rechzado y asesinado. Y Jesús, por el poder de Dios, resucitó.
El puede hacer en cada uno de nosotros lo mismo con cada una de nuestras experiencias negativas. Porque Jesús es el señor.
Yo me imagino (y hagamos todos juntos un acto de imaginación): el sufrimiento de Emmanuel. Cuando veía que sus compañeros eran torturados. Cuando veía que sus compañeros eran asesinados. Emmanuel fue valiente. El sabía que, si lo encontraban el día que se escapó, lo mataban. Arriesgó, confió en Jesús y se escapó y hoy lo tenemos aquí, después de 14 años, graduado en Ciencias administrativas.
Si, siempre se puede. Nuestra vida es como una semilla. Para vivir hay que morir. Y morir, a veces, físicamente, como los compañeros de Emmanuel. Morir como murió Carlos Langa y los mártires de Uganda. Pero, a través de esa muerte hay una vida. Una vida para todos.
Si transformo lo negativo en positivo, soy un triunfandor. Pero eso sólo se puede hacer con la gracia de Jesús. ¿Están seguros de eso? ¿Seguros? ¿Están dispuestos a transformar las cosas negativas de la vida en positivo?. ¿Están dispuestos a transformar el odio en amor? ¿A transformar la guerra en paz? Ustedes tengan conciencia de que son un pueblo de mártires. Por las venas de ustedes corre sangre de mártires. Y por eso tienen la fe y la vida de los mártires. Y esa fe y esa vida es tan linda que se la llama la perla de África.
Parece que el micrófono no funciona bien. A veces, tampco nosotros funcionamos bien. Y cuando no funcionamos bien, ¿a quién tenemos que ir a pedirle que nos ayude? ¿A quién? Más alto. A Jesús. Jesús puede cambiarte la vida. Jesús puede tirar abajo todos los muros que tienes delante. Jesús puede hacer que tu vida sea un servicio para los demás.
Algunos pueden preguntar si para esto hay una varita mágica. Si quieres que Jessús te cambie la vida, pedirle ayuda. Y esto se llama rezar. ¿Entiendieron bien? Rezar. ¿Ustedes rezan? ¿Cómo? Rezarle a Jesús, porque Él es el salvador. Nunca dejen de rezar. La oración es el arma más fuerte que tiene un joven.
Jesús nos quiere. Les pregunto. ¿Jesús quiere a unos si y a otros no? ¿Jesús quiere a todos? ¿Quiere ayudar a todos? Entonces, abrele la puerta de tu corazón y dájale entrar. Deja entrar a Jesús en tu vida. Y cuando entra, Jesús va a luchar contra todos los problemas.
Luchar contra la depresión, contra el SIDA, pedir ayuda para superar esas situaciones, pero siempre luchar. Luchar con mis deseos. Y luchar con mi oración. ¿Están dispuesto a luchar y a desear lo mejor para ustedes? ¿Dispuestos a rezar y a pedirle a Jesus que les ayude en la lucha?.
Una tercera cosa que les quiero decir. Todos estamos en la Iglesia, pertenecemos a la Iglesia. Y la Iglesia tiene una madre. ¿Cómo se llama? No oigo bien. Rezar a la madre. Cuando un chico se cae, se lastima, se pone a llorar y va a buscar a la mamá. Cuando nosotros tenemos un problema, lo mejor que podemos hacer es ir donde nuestra madre. Y rezarle a María, nuestra madre. ¿Están de acuerdo?.
¿Le rezan ala Virgen, nuestra madre? ¿Rezan a Jesús y a nuestra madre?
Las tres cosas: superar las dificultades, transformar lo negativo en positivo y oración. Oración a Jesús que lo puede todo. Jesús que entre en nuestro corazón y nos cambia la vida. Jesús que vino para salvarme y dio su vida por mí.
Rezar a Jesús, porque Él es el único Señor. Y, como en la Iglesia no somos huérfanos y tenemos una madre, rezar a nuestra madre. ¿Y cómo se llama nuestra madre? Más fuerte.
Les agradezco mucho que hayan escuchado. Les agradezco que quieren cambiar lo negativo en positivo, que quieran luchar contra lo malo con Jesús al lado y, sobre todo, les agradezco que tengan ganas de nunca dejar de rezar.
Y ahora los invito a rezar juntos a nuestra madre, para que nos proteja. ¿De acuerdo? ¿Todos juntos?.
Y todos juntos, los jóvenes y el Papa, rezan el Avemaría.
Y el Papa les imparte su bendición.
“Una última petición: Pedir por mí. Lo necesito. No se olviden. Adiós”.