El icono de la Inmaculada Joven en la Grande Obra

por obradoiros

Podríamos decir que el pasado día 26 de abril, todos los miembros que conformamos la familia de La Grande Obra de Atocha, esto es, Hijas de la Natividad de María, profesores, personal no docente, alumnos y demás miembros fuimos testigos y participantes de un importante acontecimiento: poder estar unos minutos durante la mañana contemplando, cantando y orando ante el Icono de la Inmaculada Joven en torno al altar y junto a la tumba de nuestro venerable don Baltasar. 

La conjunción de estos tres elementos, es decir, el altar (que representa la Eucaristía), María y don Baltasar inundó de gracia nuestro salón capilla. ¡Qué alegría debió suponer en el Cielo para nuestro fundador el que todos sus miembros, reunidos en su Grande Obra, pudiésemos participar y disfrutar del amor de Jesús Resucitado y María Inmaculada, representada en su jovial y hermosa imagen que derrocha amor y cariño con su maternal abrazo! 

Fue, sin duda, una gran emoción contemplar la llegada del icono desde la entrada del Colegio hasta su llegada al altar mientras era arropada por cientos de niños y recibida con cantos de alabanza hacia nuestra Madre, así como la de todos aquellos que fueron pasando por el salón capilla durante las más de dos horas que permaneció junto a nosotros.

Ojalá que todo aquel que contemple, aunque sea por unos breves instantes, este precioso icono jamás se olvide de pedir a María su protección; que, como la canción que los jóvenes le dedicaron(“María, mírame”) Ella siempre nos mire, porque solo así podremos llegar a Jesús

. Es así como nuestro Padre Fundador lo sintió: “A la Eucaristía por María, y por María y la Eucaristía, a salvar las almas”.

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