Es tiempo de una nueva experiencia de Dios

por obradoiros

Diré primero en qué no consisten los ejercicios espirituales:

No son un tratado de teología espiritual o de espiritualidad. No consisten en predicar y oír sermones ni conferencias, 
ni en intercambios de grupo, 
ni tampoco sólo en hacer oración (aunque se ha podido decir con acierto que son una excelente escuela de oración), 
o sólo leer la biblia 
o celebrar la eucaristía 
o rezar personalmente 
o en grupo la liturgia de las horas. 
Son algo distinto. 
Según el mismo Ignacio, son todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mentalmente, y de otras operaciones espirituales, encaminadas todas a preparar y disponer el alma para quitar de sí todas las afecciones desordenadas y, a partir de ahí, buscar y hallar la voluntad divina en la disposición de su vida. Son, pues, un conjunto de actividades espirituales personales del que “se ejercita”, sin poder ser sustituido en ellas por nadie, orientadas a un doble fin: primero, para tomar conciencia, desde la historia del mundo y la personal de cada uno, a la luz de la misericordia recibida de Dios, del pecado y desorden real o potencial de la propia vida, y para poder reorientarla por medio de la contemplación comprometida, asidua y prolongada, de los misterios de la vida, pasión, muerte, resurrección y ascensión de Jesús. Todo un proceso, en el que intervienen tres actores: el que hace los Ejercicios, el que se los propone y lo acompaña, y el Espíritu de Dios que actúa en ambos, pero dejando que él se comunique inmediatamente al ejercitante, “abrazándole en su amor y alabanza y disponiéndole para su mejor servicio en adelante”. No hay ejercicios ignacianos “estándar”, uniformes para todos; cada proceso es singular y la propuesta común contenida en el texto necesita ser adaptada en sus modalidades, duración e intensidad, a cada persona, según su capacidad humana y espiritual, su disposición en el momento en que se ejercita, y su deseo, mayor o menor, de exponerse a la acción de la gracia de Dios. 




Los Ejercicios serán en el Seminario Mayor de Santiago de Compostela, del 28 al 31 de octubre. Los impartirá Don Carlos Álvarez, rector del Seminario Mayor y Delegado de Vocaciones. 

Para apuntarte tienes dos opciones:

1.- Seguir este enlace (formulario de inscripción) y rellenar el formulario

2.- Llamar a Dani Pérez:699 826 987

Estos ejercicios son muy económicos!! 
Estudiantes y parados 35€ trabajadores 50€

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