El pasado miércoles, 1 de mayo, tuvo lugar el tradicional Encuentro Diocesano de Niños y Familias en Santiago de Compostela, organizado conjuntamente por la Delegación de Pastoral de Infancia y Juventud, Familia y Catequesis, bajo el lema: “Señor, enséñanos a orar”
Por la mañana, se reunieron cientos de niños y niñas de todas las edades, familias, docentes, catequistas y párrocos en el Seminario Menor de Santiago, en donde se desarrollaron diferentes talleres para trabajar el tema de la oración, después de una acogida con bailes y música. También en el mismo lugar fue la comida y los juegos. Nuestro arzobispo don Francisco estuvo desde la acogida y fue visitando a los niños y niñas en cada taller.
El arzobispo destacó en la acogida que “todos somos una gran familia, que es la Diócesis de Santiago de Compostela”. Y animó a los niños a disfrutar de la jornada y a descubrir la oración: “hablar a Dios con el corazón”.
En los talleres hubo mucha diversidad, desde métodos de trabajo pastoral con niños como Godly Play, catequesis del Buen Pastor o Ven y sígueme, hasta la participación de los Hermanos Carmelitas Contemplativos, los Jesuítas o las Hijas de Santa María Corazón de Jesús. Además, tanto la Delegación de Catequesis como el Seminario Mayor organizaron otros talleres. Y algunos niños y niñas también se desplazaron para trabajar el tema de la oración contemplativa con las Hermanas Dominicas de Belvís. Por supuesto, las familias también tuvieron un taller titulado: “¿Cómo metemos a Dios en casa?”.
La jornada se cerró con la Eucaristía que presidió el arzobispo en la Catedral compostelana. Una ceremonia llena de símbolos, como los carteles dibujados por los niños en sus talleres de la mañana y presentados junto a las ofrendas del pan y del vino.
Durante la homilía, D. Francisco invitó a 6 niños a compartir lo aprendido a lo largo de la mañana: Alfonso, Alexandra, Itziar, Claudia, Nicolás y Gonzalo. Todos coincidieron en aprendieron a orar con Dios, pero cada uno de una forma diferente: desde las canciones, con los ojos cerrados, a través de las lecturas de la Biblia, desde el silencio…
El arzobispo pidió a los niños que no dejen de hablar con Dios y que sean agradecidos a sus familias, a los catequistas, a los sacerdotes…: “la primera oración que tiene que brotar de la oración es gracias”.