Camino de Santiago 2017: somos complemento, somos iglesia

por obradoiros

Si tuviera que resumir mi experiencia personal en una palabra sería IGLESIA. Dios me ha regalado una experiencia preciosa de sentirme iglesia con vosotros. Aunque pertenezcamos a diócesis diferentes o a comunidades diferentes somos ante todo hermanos. Me siento orgullosa de pertenecer a la Iglesia y de encontrarme con hermanos tan valiosos como vosotros. He disfrutado de poder compartir estos días con diferentes vocaciones (sacerdotes, religiosos, laicos) y con personas de diferentes edades y situaciones de vida. Somos una riqueza unos para otros, somos complemento. Entre todos mostramos el rostro plural y diverso de la Iglesia, gracias. Gracias al grupo grande y gracias también al grupo más pequeño de Guadalajara (Sara, Paula, Rubén, Dani, Jesús y Patri). 

¿Qué me ha enseñado el camino? ¿Qué me ha dicho Jesús a mí en este camino? 


Este año voy a hacer 14 años ( 4 Mayo) que le entregué toda mi vida a Dios como misionera consagrada, estoy feliz por ello. El camino de consagración no siempre es fácil, atraviesa muchas etapas, como el camino de Santiago. A veces hay subidas y a veces bajadas, a veces el camino es más llano, a veces hay etapas más cortas y otras que se te hacen más largas y estás deseando llegar a tu destino. En el presente me encuentro en medio de una subida y en medio de una etapa que se me hace larga, con ganas de llegar al final (Estudio teología, por motivos académicos no he podido terminar los estudios en el tiempo que yo tenía previsto, el camino se alargó más de lo que pensaba y me está costando este final prologando de la carrera). Dios en este camino de Santiago, me ha ayudado a comprender que Él y los hermanos están conmigo en esta subida y que aunque cueste, para Él es de mucho valor mi perseverancia. Dios me ha ayudado a comprender que cuando el camino se hace largo y difícil, y aún así seguimos caminando entonces Él se siente muy amado por nosotros. Dios me ha enseñado que ir a la cola, caminando más despacio del ritmo que tú caminarías tiene mucho valor, pues no se trata de llegar el primero, sino de llegar con todos. Esto es una metáfora de la vida. Dios me pide ocupar el último lugar, el lugar del servidor, ir a la cola, adaptando mi paso a los demás, para hacer que todos lleguen bien, sanos y salvos a la casa del Padre. 

No sé en que etapa de la vida os encontraréis cada uno de vosotros, compañeros de camino, si en subida, bajada o llano, pero sea cual sea lo importante es caminar con Dios y los hermanos. Si os toca bajada dad gracias a Dios, si os toca llano bendecidle y si os toca subida alabadle. ¡¡¡ ESTÁ VIVO, HA RESUCITADO!!!

Laura Alonso Barranco

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