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24 de agosto de 2018
Hoy comenzamos el día visitando la Iglesia de Santa Ana, de la época cruzada, en la que se conmemora el nacimiento de la Virgen María. Allí aprovechamos para rezar laudes en los jardines de la iglesia.
Al lado, visitamos la piscina Probática, donde Jesús curó al paralítico: “Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda” (Jn 5, 2).
Y luego recorrimos la Vía Dolorosa (el camino que recorrió Jesús cuando lo condenaron), que empieza en el Litóstrotos (lugar donde Jesús compareció ante Poncio Pilato, Jn 19, 13). Allí pudimos ver el enlosado, las Capillas franciscanas de la Condenación y de la Flagelación y la Basílica del “Ecce Homo”. Fuimos recorriendo cada estación hasta la Basílica del Santo Sepulcro, donde celebramos la misa, muy cerquita de donde Jesús dio su vida por nosotros y donde resucitó.
La tarde la tuvimos libre para visitar otros lugares de Jerusalén y también volver a aquellos lugares ya vistos, para visitarlos con más calma y poder adentrarnos más en lo que ocurrió en esta Tierra Santa.
Y como colofón del día recibimos la visita del P. Aquilino O.F.M., responsable de pastoral juvenil y vocacional de la Custodia de Tierra Santa. Pudimos disfrutar casi dos horas con él y dos jóvenes que le acompañaban que en menos de un mes comienzan el postulantado con los Franciscanos, de Belén y Galilea.
