Íbamos con el coche lleno desde Santiago y con muchas ganas de ayudar. Era mi segunda luz en la noche, llegaba con más tranquilidad que la primera y con mucha ilusión.
Empezamos la enseñanza en el piso de arriba como siempre con un poco de alabanza. Ya se siente que es algo especial.

Me metí en el taller de veteranos en donde escenificamos posibles situaciones que podrían pasar en la noche. Todo iba muy bien,acabamos y nos fuimos a cenar donde disfrutamos y charlamos un buen rato.

De mi experiencia en la luz, he de decir que es impresionante ,y que todo lo que pasa ahí me parece increíble ,está todo como muy velado,nos sentimos protegidos, es muy especial.

