Después de mi experiencia en Tierra Santa, he llegado
a la conclusión de que, como dice la maravillosa canción
compuesta y cantada por Javi en Betania, “escogí la mejor
parte” (incluso con la aventura del Mar Muerto). Hubo
momentos de emoción en los cuales yo no podía “con
aquella angustia en el pecho”, ya que las lágrimas
derramadas eran tales, que me ahogaba con ellas y con esa
emoción que no me dejaba dormir.

