Al ser menor había que acompañarle y un año después de haber vivido una experiencia única con los Peregrinos de la Parroquia Santa María la Blanca y la Parroquia de la Concepcion en Madrid, allí estábamos en el aeropuerto de Barajas cargados de nervios y mucha ilusión.

Jerusalén, su templo, sus calles, Ein Kerem, El campo de los pastores, Belén, el desierto de las Tentaciones, el Mar Muerto, el Río Jordán, Nazaret, el Monte Tabor, el monte de las Bienaventuranzas, Cafarnaum, el primado de Pedro, La multiplicación de los panes y los peces, el Lago Tiberíades… todos lugares para no olvidar y llevar en el alma, todos cargados de sentimientos, personas, acciones y mucho Amor…

he parecido, sido y reflejado la felicidad de sentir a Jesús resucitado en cada uno de los Peregrinos que han formado parte de la misma.
Doy GRACIAS por ser tan afortunada de haber realizado esta peregrinación que me ha llenado de tanta Paz estando tan cerca de los pasos de Jesús, Una familia formada por 49 corazones que han dado lo mejor de sí y que me han hecho reflexionar sobre lo que realmente es importante en esta vida: