¿Cómo expresar brevemente todo lo vivido en todos estos días?
Se me ocurre sólo la palabra “Djekuje”: GRACIAS.
Gracias a Dios por regalarme esta increíble oportunidad y gracias a todos vosotros por compartirla conmigo.

Me quedaría con tantas cosas… lugares y circunstancias donde se hace más ‘esperable’ la presencia de Dios: la Vigilia y la Misa de Cracovia, el santuario de Czestochowa, el de la Divina Misericordia, otras iglesias y santuarios…Fue un auténtico regalo para mí. Sin embargo, creo que para mí el rostro de Jesús brilló aún más en lugares más inesperados, o más bien, debería decir en personas.


Cada vez que descubría un gesto así, se me llenaba el corazón de alegría. Y si bien no siempre supe (supimos) vivir todo esto en todo momento (¡y qué pena!), sí había suficientes destellos como para hacer de la peregrinación una experiencia gozosa para todos (al menos para mí así lo fue).
Misericordia, misericordia… palabra tantas veces oída estos días. ¿Qué es? ¿Cómo vivirla? Las reflexiones sobre todo esto no se agotan estos días, sino que dan para una vida.

Serían tantas cosas más las que podría comentar: la belleza de tantos lugares que vimos (que piden una visita con más tiempo en el futuro), la historia, el paisaje, la mezcla de razas y culturas conviviendo en armonía, las alentadoras palabras del Papa para los jóvenes y para todos… Sin embargo, creo que mi testimonio acabará aquí. Y lo hará precisamente como empezó, con la palabra GRACIAS.

