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Cuando mi hermana me dijo hace unos meses si quería apuntarme yo le dije que no, que no tenía ningún interés. Pero la Virgen tenía otros planes para mí. Cinco días antes de la peregrinación nos dijeron que había dos plazas libres así que me lo volví a pensar, tenía muchas dudas porque llevaba un tiempo alejada de Dios, pero al final nos apuntamos juntas mi hermana y yo.
Ha sido una experiencia increíble, me he sentido muy acogida por todos los del bus, he hecho nuevos amigos, y más importante, me he acercado de nuevo a Dios y a María.
Silvia