Testimonio Ejercicios Espirituales II

por Depasxuventude

Este puente he participado en los Ejercicios Espirituales que organizó la pastoral juvenil. Nunca había hecho ejercicios y la verdad que tenía bastante curiosidad en descubrir como eran. 
Tres días en silencio , sin móvil , olvidándome de todas mis preocupaciones y cosas y centrada sólo en Dios, en mostrarle mi vida y en descubrir su corazón… 
Esto era lo que el sacerdote nos dijo que teníamos que hacer. 
Cuanto nos cuesta en nuestro día a día alejarnos de tantas cosas exteriores , del ruido , de los problemas , del móvil y las redes sociales… Cuantas veces ponemos equivocadamente nuestro corazón ahí , cuando en verdad, éste sólo descansa en el AMOR. 
Llegué con mucha intriga y vuelvo encantada. 
Me he acercado al corazón de Jesús para pedirle que me mostrase sus sentimientos. Para descubrir como estaba su corazón cada vez que actuaba, con cada situación y en todas las circunstancias de su vida. Al acercarme a su corazón me di cuenta de que esto no fué algo que le pasó hace dos mil años, sino que le sigue pasando hoy a cada momento. Que sigue viviendo esta historia conmigo. 
He sentido de verdad que el Evangelio es mi vida y me he sumergido en él. 
Y aún me qeda tanto… Es tan grande la vida con Dios… 
Siento que sólo estoy en un mirador viendo la vista… ¡¡y es taaaan impresionante!! 
Una auténtica pasada 🙂 
Estos ejercicios me han acercado mucho a Dios. 
Me ayudaron a darme cuenta de todo lo que me ama, de todo lo que le importa mi vida. 
Y San Ignacio me ha dado claves para responder a este amor tan grande. 
Para vivir alabando,adorando y sirviendo a Dios. Este es el fin para el que somos creados según San Ignacio. 
Además no he tenido miedo de ponerme ante Dios como estoy. 
Ha sido precioso y un auténtico descanso. 
Sólo puedo dar gracias, gracias y gracias a Dios. 
Gracias también al sacerdote y a las demás personas que participaron. Aunque no hablábamos , una mirada y una sonrisa a veces vale mucho más. 
Y ahora , a seguir viviendo este amor tan grande en mi día a día. 
Jesús estuvo 33 años en la tierra y 30 de ellos sin manifestar que era Hijo de Dios. 
Y es que Dios se manifiesta en lo sencillo. Esperamos cosas extraordinarias y perdemos la acción diaria de Dios. 
Así qué toca vivir nuestra rutina bien atentos y pendientes a su voz. 


Marta, estudiante de Farmacia.

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