Este año ha sido el segundo camino de Santiago que he hecho.


Durante las caminatas, en vez de experimentar el cansancio y la desesperación del primer año, he podido disfrutar de todas estas nuevas personas que hacían conmigo el camino, conociendo de antemano como eran y pudiéndome preparar para el tríduo pascual, además de poder ayudar y aconsejar a los inexpertos.

Buscaba volver a sentir a Dios cerca de mí, anhelaba la Hora Santa , el via crucisy la vigilia para experimentar esta sensación, y, efectivamente, me he vuelto ha emocionar con ellas.

Gracias a todos los que hicieron conmigo el camino, porque con vuestras conversaciones he hablado con Cristo, y gracias a vuestros consejos he aprendido de él. Gracias por haber sido intermediarios de Jesús para mí en este camino, y gracias por ayudarme a quitarme la barrera de la timidez y darme a conocer.
Muchas gracias.