Este documento se decidió hacer a partir de dos hechos clave. La primera es la decisión tomada por el Papa de trasladar la fecha de las JMJ diocesanas, del Domingo de Ramos a la solemnidad de Cristo Rey, potenciando así su celebración. Y la segunda es la publicación del Documento final del Sínodo de los obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, en el que se expone que “la Iglesia considera su misión con los jóvenes «una prioridad pastoral histórica, en la que invertir tiempo, energías y recursos»” (n. 119).
Las JMJ tienen lugar a nivel internacional cada tres años aproximadamente. Sin embargo, también se celebran anualmente en las Iglesias particulares. Estas orientaciones se publican con el objetivo de impulsar esta experiencia que tanto ha ayudado a los jóvenes y llevarla a las Iglesias locales para facilitar la participación. El Documento está estructurado en 6 capítulos y una conclusión y va acompañado de numerosas fotografías.