Reflexión; jornada de retiro y desierto (nov ’08)

por

Después de un día de retiro, reflexión y silencio (sobrellevado bastante bien, por cierto), he llegado a la conclusión de que pensar sobre la vida es bueno (a veces). Resulta que pasan los años, ya una llega a vieja y pues, después de llevar una vida como otra persona cualquiera, un día me despierto con la certeza de que existe alguien al que hay que llamar Dios y que según cuentan pasó por infinidad de problemas a lo largo de su vida y muy graves algunos, hasta el punto de morir en una cruz justificando que era por la salvación de los hombres.
Pues bien, al fin entiendo lo ocurrido años antes de nacer yo, pero no lo revelaré; sólo quería presumir de ello.
Hoy, ese Dios quiere una vida nueva para mí, llena de esperanza, alegría y paciencia, sí, paciencia; hoy en día uno tiene que estar preparado en este terreno, hay gente muy cruel.
Dios me llama a ofrecer todo lo que tengo en mis manos a los demás… ¿y si no tengo nada en las manos, Dios no me va a dejar ni una llamada perdida?. Dios llama a todo bicho viviente (y dicen que a los no vivientes también, por algo de un juicio que se celebrará algún día que nadie sabe cuál, a una hora que tampoco se sabe, lo único que se sabe es que estará el lugar hasta los topes de gente), para anunciar con muchísima alegría que su amor es fuerte y nos da fuerzas, y que no estamos solos en el mundo.
Como cualquier joven (porque a todo esto, yo soy joven), muchas veces temo hablar de mi vida, exactamente del tema “fe”, no porque no esté segura de lo que creo, que lo estoy, si no porque tratar este tema con chicos de mi edad es sacar a la luz un tema tabú. Últimamente creer en Dios es para un joven como jugar a la petanca, es aburrido y de mayores; pero menos mal que estoy yo ahí al pie del cañón para poner orden… Tengo que decir, antes de nada, que para mí, Dios es uno de los pilares que me sostiene, vamos, que si no lo sintiera, si no creyera en Él, yo estaría coja, física y moralmente.
Alguna vez en la vida una persona se para y se pone a pensar en todas las cosas buenas y no tan buenas que le vienen sucediendo al cabo de los años; personalmente soy de esas personas que piensan que todo pasa por algo y si ahora mismo me encuentro en la situación en la que estoy, es porque debe ser así. Pasar por algunos problemas que en su momento yo pensaba que no tenían salida, me han hecho ver que hay un Dios en alguna parte que me da fuerzas y me anima a seguir adelante, sea lo que sea que pase, pero siempre poniendo esperanza en Él, en su amor, descansando en Él.
Desde que conozco esa otra realidad, de la que huyen muchos jóvenes, el Señor ha estado construyendo sobre mis manos una fe, una confianza, una tranquilidad, que nadie más en el mundo podría darme.
Y, ¿esto qué es?, ¿una charla para que chicos como yo se metan en la iglesia (y no para hacer botellón)?, ¿o algo así como un casting para buscar al nuevo Noe (o Chanquete, como lo llamaban en su época)?. Pues no, con esto quiero mostrar como ese Dios que tachan de injusto, puede dar paz y tranquilidad a tanta gente que lo sigue desde tiempos remotos.Sinceramente, no sé por qué creo, no sé por qué sé que Él está conmigo, no sé por qué estoy alegre, no sé por qué soy fuerte… sólo sé que Él existe, que está en los demás y que yo le presento mis manos cada día para llenarme de su amor.
Klara

También te puede interesar

Deja un comentario

2 comentarios

Anónimo 24/05/2009 - 13:45

Me encanta. Qué lindo testimonio!!
Cuando no tenemos nada que ofrecerLe… le entregamos nuestras manos vacías. Él ya sabe lo que hay en el interior de cada uno.
Gracias por escribir esta entrada.

Anónimo 24/05/2009 - 21:53

Klara,
gracias por esta entrada,
gracias por compartir este testimonio,
gracias por abrir tu corazon a los demas,
gracias por la sonrisa que nos regalas todos los dias y esa entrega desinteresada a cada uno de tus amigos,
gracias al Señor por ponerte en mi camino.
GRACIAS. QDTB.