Quiero confesarme, ¿cómo lo hago si no puedo salir de casa?

por Laura



Estos días de cuaresma a muchos nos gustaría acercarnos a confesarnos, pero no podemos salir de casa. Y no solo eso, hay muchos enfermos aislados que tampoco pueden acceder al sacramento de la reconciliación.

Ante esta situación, el Papa recordó el viernes, en una homilía en Santa Marta, cómo podemos obtener el perdón sin la necesidad de un sacerdote.

Dios quiere ante todo nuestra salvación y la Iglesia siempre busca maneras en las que nos podamos reconciliar con Él.




“Si no encuentras un sacerdote para confesarte –dijo el Papa -, habla con Dios, que es tu Padre, y dile la verdad: ‘Señor, he hecho esto, esto, esto… Perdóname’, y pídele perdón con todo el corazón, con el Acto de Dolor, y prométele: ‘Me confesaré más tarde, pero perdóname ahora’. Y de inmediato, volverás a la gracia de Dios”. (Catecismo de la Iglesia Católica números 1451 y 1452)

Es decir, el verdadero arrepentimiento y el propósito de acudir al sacramento de la reconciliación en cuanto se pueda nos concede el perdón cuando no podemos acceder a un sacerdote.

Puedes rezar este Acto de Contrición:

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, 
Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser tú quien eres, Bondad infinita,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido.
También me pesa que puedas castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y
cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Amén.



Además, la Penitenciaría Apostólica comunicó en un Decreto que todos los contagiados, familiares y trabajadores  de la salud que les cuidan y acompañan (aunque sea solo con la oración) y que se exponen al contagio pueden obtener una Indulgencia Plenaria. Para ello, podrán simplemente recitar el Credo, el Padre Nuestro y una oración a María.

En el caso de otras personas, podrán también obtener indulgencias eligiendo entre alguna de estas opciones: visitar el Santísimo Sacramento o la adoración Eucarística o leer las Sagradas Escrituras durante al menos media hora, o recitar el Rosario, el Vía Crucis o la Coronilla de la Divina Misericordia, pedir a Dios el fin de la epidemia, el alivio de los enfermos y la salvación eterna para aquellos a los que el Señor ha llamado a sí.

Y, por supuesto, es necesaria la intención de cumplir con las condiciones habituales (confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa) tan pronto como sea posible.

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