En unos días empezamos la Cuaresma y el Papa Francisco ha redactado un mensaje para ayudarnos a vivirla. Bajo el título “«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…» (Mt 20,18). Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad“, el Santo Padre nos invita a redescubrir las tres virtudes teologales a través de la oración, la limosna y el ayuno, los tres pilares de la cuaresma y “condiciones y expresión de nuestra conversión”.
Francisco va relacionando la fe con el ayuno, la esperanza con la oración y la caridad con la limosna.
Pues al ayunar nos liberamos de todo lo que nos estorba “para abrir las puertas de nuestro corazón” a Dios y “a comprender nuestra realidad de criaturas”.
En el silencio de la oración, se nos da la esperanza de saber que Dios “hace nuevas todas las cosas” (cf. Ap 21,1-6), que Dios sigue cuidando de su Creación, que no nos abandona.
Y “la caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos” y mirar al necesitado como alguien de nuestra familia . “Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad”. Así es nuestra limosna.
El Papa termina explicando que “cada etapa de la vida es un tiempo para creer, esperar y amar“, por lo que esta Cuaresma es también una buena oportunidad para profundizar en estas tres virtudes.
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