Soy Inés, tengo 14 años y vivo en La Coruña. Esta ha sido mi primera JMJ y he tenido la gran suerte de participar en ella. Al principio tenía un poco de miedo por el tema de las familias, ya que no sabía quienes me iban a acoger. Una vez allí me di cuenta que todas las familias eran geniales. Además, pensé en la fortaleza y generosidad que tienen todas ellas para acoger a personas totalmente desconocidas.
Esa semana en Aveiro me ayudó a prepararme para la gran semana. Cuando esta llegó, nos dividieron en pequeños grupos para organizarnos mejor, lo que me hizo conocer mejor a las personas de mi equipo. Aquí me di cuenta del apoyo que nos prestábamos unos a otros.
Hablando ya de todo el grupo, me sorprendió muchísimo el cariño, la amabilidad y la alegría de todos, ya que, no en todos los momentos de tu vida tienes gente así a tu alrededor. Esto me ayudó, de alguna manera, a acercarme más a Dios.
El sábado, día de la vigilia, me hizo pensar que Dios ha escogido a cada persona de ese millón y medio por alguna razón.
De esta JMJ me llevo muchas cosas, pero una de las que se me quedaron grabadas fue la frase que dijo el Papa de cuando vemos algún amigo nuestro que está caído, tenemos que levantarlo. Entonces pensé que ese amigo que va a estar ahí para levantarme es Jesús y que nunca me va a abandonar.
Inés Barro
