“Sentí como si el Señor me estuviera abrazando” – Laura en la JMJ

por Depasxuventude

Al principio, sentía cierta aprehensión por asistir a la JMJ, preocupada por lo desconocido y salir de mi zona de confort y no conocer a nadie allí aumentaba mis inquietudes.

Sin embargo, en Aveiro, experimenté un cálido recibimiento de Filomena, nuestra madre de acogida. Noelia y yo nos sentimos emocionadas por su amabilidad y atención constante. El día en que compartimos una comida con su familia se volvió inolvidable y pasó volando.

Mi momento especial en Aveiro ocurrió cuando subí al escenario para leer las peticiones. A pesar de los nervios iniciales, recordé las palabras de Martu sobre mi participación y decidí aceptar el desafío. Mientras esperaba en el escenario, la luz del sol me envolvió y sentí como si el Señor me estuviera abrazando. Esta sensación me llenó de paz y confianza, permitiéndome leer de manera serena y natural.

En la ceremonia de acogida, un momento inolvidable se produjo cuando el Santo Padre afirmó que nuestra presencia no era fruto del azar, sino que estábamos allí debido a la llamada personal de Jesús, quien nos conoce por nuestro nombre y ha grabado esas palabras en lo profundo de nuestros corazones. Sus palabras resonaron de manera especial en mí, ya que recordaron lo que había experimentado en Aveiro justo antes de subir al escenario.

Al escuchar esas palabras, me emocioné mucho y rompí a llorar. Fue como si una conexión invisible se formara, vinculando mi experiencia en Aveiro con el mensaje inspirador del Santo Padre en Lisboa. Sentí una confirmación profunda de que estaba en el lugar correcto, en el momento adecuado, respondiendo a un llamado divino que había sido cuidadosamente inscrito en mi ser.

Lisboa nos presentó días intensos, repletos de colas interminables, caminatas agotadoras y un calor abrumador. No obstante, recordábamos el consejo de Javi: “Alégrate”. Compartir esta experiencia con el grupo hizo que nos conectáramos profundamente, como si nos conociéramos de toda la vida.

Mi participación en la JMJ me enseñó que superar el miedo a lo desconocido y abrazar nuevas experiencias puede llevar a momentos de paz interior y crecimiento espiritual. La apertura a lo inesperado y la conexión con otros creyentes se convirtieron en los pilares de esta travesía que atesoraré siempre.

Laura Maneiro

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