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Estos días previos a la nochebuena todas las parroquias estamos haciendo la Operación Kilo; la segunda parte: la de entregar todo lo que se ha recogido. Que al igual que el CAfe y Calor, o cualquier voluntariado son grandes ocasiones para el encuentro.
Estos días previos a la nochebuena todas las parroquias estamos haciendo la Operación Kilo; la segunda parte: la de entregar todo lo que se ha recogido. Que al igual que el CAfe y Calor, o cualquier voluntariado son grandes ocasiones para el encuentro.
Ésta es una de las grandes misiones de la Iglesia -la Iglesia que sirve-, quizás la más grande, la de ayudar a las personas a vivir dignamente y a ser felices en el día a día de sus vidas sencillas. Da igual si tienen más fe o menos. O incluso a los que no tienen fe. A los que son de otra fe. Y también a los que son cristianos aquí, y evangélicos allí.
La operación Kilo es también un espacio inmejorable para la nueva evangelización: El que da evangeliza al que recibe con su disposición; pero el que recibe evangeliza, con su sonrisa, al que da: niños, jóvenes y adultos acuden a echar una mano, porque todos saben cuánto bien somos capaces de hacer los seres humanos.
Propuesta de una tercera parte de la Operación Kilo:
Hacer en enero una reunión de jóvenes que habéis trabajado en la O.K.; un equipo interparroquial de cada ciudad, en el que compartir las ‘listas de la operación kilo’ y durante la primavera programar una visita a las familias ayudadas, de parte de la parroquia, de parte de la Iglesia. Cada dos jóvenes visitarán una familia de su territorio parroquial, que con la excusa de la próxima O.K. nos recibirán encantados; Y haremos más real el evangelio.