La semana del 23 al 30 de agosto, para terminar bien el verano, estuvimos en la convivencia de Lago. Reconozco que al principio no me apetecía ir… Estaba muy bien en mi casa, con mis amigos, sin tener que hacer nada… Pero como cada año, Lago no defraudó. Dios me recordó que soy plenamente feliz cuando me doy a los demás por completo, cuando sirvo, cuando me olvido de mí y pongo el foco en Él y en los demás, y disfruté conociendo a los chicos y chicas de la convivencia y viendo a Jesús en cada uno de ellos.
En Lago hicimos varias actividades y lo pasamos muy bien: fuimos a la playa, hicimos una ruta por los acantilados de San Andrés de Teixido, hicimos una tarde de surf, jugamos a juegos por las noches… pero también tuvimos tiempo para Jesús, para volver a Él cuando quizás nos habíamos apartado en un verano lleno de distracciones. Tuvimos una mañana de retiro, distintas charlas que nos acercaron a Jesús y una noche con una adoración espectacular.
La convivencia ha sido una pasada y la mejor forma de acabar el verano y espero que el año que viene se vuelva a repetir.
Elena