Hoy, después de despertarnos muy temprano para disfrutar de las últimas horas del paisaje Costarricense y de poner en día en manos del Señor con el rezo de laudes, nos pusimos en camino rumbo a Panamá.
Un camino largo, pero alegre y lleno de esperanza e ilusión. Al caer el día nos recibieron en la parroquia de la Inmaculada Concepción, en la diócesis de David, con tambores, banderas, bailes y muchísima alegría.
Estamos impresionados por la acogida que estamos recibiendo, el cariño que nos llega, la ilusión, el esfuerzo con que prepararon todo… ¡Nos dejan sin palabras! Solo nos queda agradecer y disfrutar.
Mañana estaremos conociendo esta increíble región Panameña y a toda su gente
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