Hace mucho tiempo que deseaba ir a Fátima, en aquellas fotos veía la felicidad y no quería perdérmelo. Conocía Lourdes, sabía que era un lugar con una atmósfera muy especial y que éste también lo sería. Así que en cuanto tuve la oportunidad no lo dudé.
Los carnavales son la fiesta pagana por antonomasia, y este viaje es el contrapunto que marca la diferencia, justo antes de la Cuaresma y evitando el calor del verano.
Ya en camino, en el momento del Rosario, el bus se convirtió en una gran fiesta: todos cantando al son de la guitarra al anochecer, el tiempo se nos pasó volando y llegamos a Leiría al Seminario Menor, un lugar fantástico donde nos preparamos para la peregrinación de sábado.
Durante la marcha hubo momentos para reflexionar, también para conocer y crear una unión singular con otros jóvenes como nosotros, que destacaban por su vasta cultura y su gran profundidad reflexiva, animándonos y apoyándonos en aquellos momentos difíciles.
De camino al Santuario la mente se iba despejando, se centraba y allí finalmente se clarificaba. La ayuda y la intercesión estaban servidas y todo eso daba sus frutos.
Colosal, infinita y sublime, iluminada por un sendero de velas y niños nos recibió la plaza. El fuego eterno de Su Permanencia en el que no hacía falta decir nada más.
Los siguientes días escuchamos temas que giraban en torno al mensaje de Fátima desde una perspectiva puramente integrista, siendo el dolor y el pecado los principales y la visión hacia un futuro de esperanza. También hubo muchas celebraciones más relajadas: Eucaristías, procesiones, Vía Crucis, confesiones sinceras donde nadie tenía que llamarte porque era Ella quien lo hacía.
A través de temas como “Cirineo”, el himno de la peregrinación y muchos más, sentíamos que todos juntos cantando, bailando, rezando, y simplemente estando allí, compartíamos lo que nos une y sabemos que es verdad a ciencia cierta: una Fe muy grande que nos ilumina en nuestro camino, nos ayuda a crecer juntos y nos hace encontrarnos una y otra vez unos con otros.
Hasta la próxima, que será esta vez junto al Apóstol y más cerca de casa, en la Peregrinación Europea de Jóvenes.
Patricia