

Durante siete días nos dedicamos a viajar en el tiempo y adentrarnos en historias fantásticas (Aladín, El Señor de los Anillos, El Principito, Asterix y Obelix…) que nos ayudaron a descubrir más sobre Jesús, la misa, la confesión… Y el amor tan grande que Dios nos tiene. Hemos jugado con Aladín, Hermion Granger, San Pedro y Pipa, nuestra viajera del tiempo que nos acompañó durante todo el campamento. También nos encontramos con Saruman y fuimos ayudados por Gandalf para superar las pruebas de agua y aprender que las cargas se deben llevar juntos.

Y todo esto siempre de la mano del verdadero protagonista del campamento: Dios, gracias al cual nos hemos reído muchísimo, hemos disfrutado, hemos hecho amigos y, sobre todo, los niños se han sentido tremendamente queridos.
Intercalados a los juegos y las historias tuvimos momentos de eucaristía, fiesta del perdón y adoración. Han sido unos días tremendamente felices, lo cual se refleja en la alegría tan grande de los niños y las despedida con la promesa de volver el próximo año.


Ya tenemos plazas reservadas para el año que viene y en breves empezaremos a trabajar con toda la ilusión del mundo para seguir con este proyecto tan maravilloso que es evangelizar a niños a través de la diversión, el amor de los monitores hacia ellos y la presencia constante de Dios.