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“Abraham parte de su tierra con una promesa: todo su
camino es ir hacia esta promesa. Y su recorrido es también un modelo de nuestro
recorrido. Dios llama a Abraham, una persona, y de esta persona hace un pueblo.
Si vamos al Libro del Génesis, al inicio, a la Creación, podemos encontrar que
Dios crea las estrellas, crea las plantas, crea los animales, crea las, los,
las, los… Pero crea al hombre: el singular, uno”.
camino es ir hacia esta promesa. Y su recorrido es también un modelo de nuestro
recorrido. Dios llama a Abraham, una persona, y de esta persona hace un pueblo.
Si vamos al Libro del Génesis, al inicio, a la Creación, podemos encontrar que
Dios crea las estrellas, crea las plantas, crea los animales, crea las, los,
las, los… Pero crea al hombre: el singular, uno”.
“A nosotros Dios siempre nos habla en singular, porque
nos ha creado a su imagen y semejanza. Y Dios nos habla en singular. Ha hablado
a Abraham y le dio una promesa y lo invitó a salir de su tierra. Nosotros
cristianos hemos sido llamados en singular: ¡ninguno de nosotros es cristiano
por pura casualidad! ¡Ninguno!”
nos ha creado a su imagen y semejanza. Y Dios nos habla en singular. Ha hablado
a Abraham y le dio una promesa y lo invitó a salir de su tierra. Nosotros
cristianos hemos sido llamados en singular: ¡ninguno de nosotros es cristiano
por pura casualidad! ¡Ninguno!”
“Dios nos acompaña, Dios nos llama por nombre, Dios nos
promete una descendencia. Y esto es un poco la seguridad del cristiano. No es
una casualidad, ¡es una llamada! Una llamada que nos hace ir hacia adelante.
Ser cristiano es una llamada de amor, de amistad; una llamada a convertirme en
hijo de Dios, hermano de Jesús; a volverme fecundo en la transmisión a los
otros de esta llamada; a convertirme en instrumento de esta llamada. Hay tantos
problemas, tantos problemas; hay momentos difíciles: ¡Jesús pasó tantos! Pero
siempre con aquella seguridad: ‘El Señor me ha llamado. El Señor es como yo. El
Señor me ha prometido’”.
promete una descendencia. Y esto es un poco la seguridad del cristiano. No es
una casualidad, ¡es una llamada! Una llamada que nos hace ir hacia adelante.
Ser cristiano es una llamada de amor, de amistad; una llamada a convertirme en
hijo de Dios, hermano de Jesús; a volverme fecundo en la transmisión a los
otros de esta llamada; a convertirme en instrumento de esta llamada. Hay tantos
problemas, tantos problemas; hay momentos difíciles: ¡Jesús pasó tantos! Pero
siempre con aquella seguridad: ‘El Señor me ha llamado. El Señor es como yo. El
Señor me ha prometido’”.
“Alguno dirá ‘Padre, soy pecador’… Pero todos lo somos.
Eso se sabe. El problema es: pecadores, ir adelante con el Señor, ir adelante
con aquella promesa que nos ha hecho, con aquella promesa de fecundidad y decir
a los demás, contar a los otros que el Señor está con nosotros, que el Señor
nos ha elegido y que Él no nos deja solos, ¡jamás! Aquella certeza del
cristiano nos hará bien”.
Eso se sabe. El problema es: pecadores, ir adelante con el Señor, ir adelante
con aquella promesa que nos ha hecho, con aquella promesa de fecundidad y decir
a los demás, contar a los otros que el Señor está con nosotros, que el Señor
nos ha elegido y que Él no nos deja solos, ¡jamás! Aquella certeza del
cristiano nos hará bien”.
“que el Señor nos dé, a todos nosotros, este deseo de
ir adelante, que tuvo Abraham, en medio a los problemas; pero ir adelante, con
aquella seguridad de saber que Él me ha llamado, que me ha prometido tantas
cosas bellas ¡está conmigo!”
ir adelante, que tuvo Abraham, en medio a los problemas; pero ir adelante, con
aquella seguridad de saber que Él me ha llamado, que me ha prometido tantas
cosas bellas ¡está conmigo!”
Papa Francisco