CONVIVENCIA DE CONFIRMACIÓN EN HERBÓN: Una catequista nos lo cuenta

por Depasxuventude
El monasterio de san Antonio de Herbón sirvió de escenario para reunir a un centenar de jóvenes del arciprestazgo de Postmarcos de Abaixo que se están preparando para recibir el sacramento de la confirmación. A este encuentro acudieron las parroquias de Aguiño, Boiro, Palmeira, Puebla y Ribeira, junto con sus catequistas.


De estilo barroco, fue fundado en 1396 por fray Gonzalo Mariño y fray Pedro de Nemancos. Pasó por diferentes etapas: de 1701 a 1985 fue colegio de misioneros; en 1808 fue atacado por las tropas francesas; de 1865 a 1884 fue seminario menor; de 1935 a 1995 fue convento y colegio.
Ya dentro, se les explicó a los confirmantes que iban a trabajar el capítulo IV de la Christus Vivit: “el gran anuncio para todos los jóvenes”.
En este punto, el Papa anuncia a todos los jóvenes tres grandes verdades. Y para cada una de ellas se dividieron a los muchachos para trabajarlas.
  • La primera: “Dios que es amor” y por tanto “Dios te ama, no lo dudes nunca”.
  • La segunda verdad es que “Cristo te salva”. “Nunca olvides que Él perdona setenta veces, siete. Vuelve a llevarnos sobre sus hombros una y otra vez”. Jesús nos ama y nos salva porque “sólo lo que amamos puede salvarse; sólo lo que abrazamos puede ser transformado;.
  • La tercera verdad es que “Él vive”. Debemos recordar esto porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Si Él vive, esto es una garantía de que el bien puede entrar en nuestras vidas”.
Christus Vivit es el título de la exhortación apostólica que el papa Francisco escribió tras la celebración de la XV Asamblea General Ordinaria del sínodo de los obispos, que tuvo como eje central a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. 


Terminada la actividad se salió a disfrutar de los alrededores del convento. La Iglesia, las dependencias del que fuera Colegio; la huerta y el bosque, ocupan una superficie de 5 hectáreas.

Tras este descanso, los jóvenes disfrutaron de unos juegos para conocerse y mezclarse entre ellos.
A continuación, se ensayaron una serie de canciones que servirían para el momento de oración que se tendría en la Iglesia, y ayudarían a reflexionar sobre lo que habían
experimentado durante la mañana.
Después de la oración tuvo lugar la comida. Jóvenes, catequistas y sacerdotes comieron juntos para reponer fuerzas y relajarse.
Como siempre, este es el mejor momento para intercambiar ideas, charlar sobre las experiencias vividas durante la jornada y compartir aquellas vivencias que les resultaron más inquietantes a los jóvenes.
Finalizado el ágape, y antes de retirarse cada uno a su casa, los muchachos disfrutaron (aprovechando que la lluvia dio una tregua) nuevamente de los juegos tradicionales como la
cuerda y el brilé, que sirve para desarrollar la destreza, agilidad….y picardía. Había más donde elegir, pero se decantaron por estos dos porque…”dan mucho juego”.
Una vez más, nuestro más sincero agradecimiento a D. Javier García, delegado de la Pastoral de Infancia e Xuventude de la diócesis de Santiago, que estuvo desde el principio hasta el final, colaborando y apoyando esta convivencia; al padre Honrubia, que nos abrió las puertas del monasterio; a nuestros jóvenes, por animarse a venir a este encuentro, a sus catequistas, por acompañarlos y preparar los temas que se habían de trabajar, y a los sacerdotes asistentes, que también dispusieron de su tiempo para acercarse a esta convivencia.


Por último, no podemos olvidarnos de aquellos sacerdotes que no han podido acercarse por motivos de trabajo. Esperamos que para la próxima seamos más…para divertirnos más. A todos, ¡GRACIAS!

Asun, Catequista de Boiro




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