Carta Pastoral Solemnidad de la Ascensión.

por Depasxuventude

Monseñor Barrio agradece el trabajo de los profesionales en la LI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

El próximo domingo día 28 de mayo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, la Iglesia celebrará su LI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Con este motivo, el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, ha escrito una Carta Pastoral en la que agradece “el trabajo y la dedicación de los profesionales de la información y de todos cuantos colaboran en el buen funcionamiento de los medios para construir una comunicación auténticamente humana”. Para esta jornada, la Iglesia propone reflexionar sobre el lema “Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos”. Recordando el mensaje del papa Francisco para esta ocasión, monseñor Barrio indica en su carta que solo desde la óptica de la confianza y de la esperanza es posible convertir “cada nuevo drama que sucede en la historia del mundo” en “el escenario para una posible buena noticia, desde el momento en que el amor logra encontrar siempre el camino de la proximidad y suscita corazones capaces de conmoverse, rostros capaces de no desmoronarse, manos listas para construir”. La Iglesia busca contribuir a un estilo comunicativo abierto y creativo que ofrezca a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo narraciones marcadas por la lógica de la “buena noticia”.

Carta Pastoral en la LI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2017



“Comunicar esperanza y confianza”
El conocido dicho anglosajón “no news, good news” no solo ha alcanzado fama en los ambientes de la comunicación, sino también en medio de la sociedad. En efecto, hoy damos por sobreentendido que cuando, sobre alguna materia o cuestión, no hay información es que hay buena información. Y de alguna manera, este planteamiento nos lleva a todos a pensar que en la comunicación las verdaderas noticias serán aquellas que son “malas noticias”. Y ello es, sin duda, injusto, porque hay “buenas noticias” y corremos el riesgo de olvidarlas y de no proponerlas.

Pues bien, precisamente este año el lema de la LI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales lleva por título “No temas, que yo estoy contigo (Is 43,5) – Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos”, un enunciado que plantea a los comunicadores y a cuantos colaboran en el buen funcionamiento de los medios a salir de aquella dinámica y a atreverse a ser portadores de la Buena Nueva. En el mensaje del papa Francisco con ocasión de esta jornada, el Pontífice indica “que es necesario romper el círculo vicioso de la angustia y frenar la espiral del miedo, fruto de esa costumbre de centrarse en las «malas noticias» (guerras, terrorismo, escándalos y cualquier tipo de frustración en el acontecer humano)”.

Añade también que “ciertamente, no se trata de favorecer una desinformación en la que se ignore el drama del sufrimiento, ni de caer en un optimismo ingenuo que no se deja afectar por el escándalo del mal”. Con la claridad que le caracteriza, el Papa insta no solo a los comunicadores, sino a todos los que se interrelacionan a través de las modernas redes sociales, a tratar de “superar ese sentimiento de disgusto y de resignación que con frecuencia se apodera de nosotros, arrojándonos en la apatía, generando miedos o dándonos la impresión de que no se puede frenar el mal. Además, en un sistema comunicativo donde reina la lógica según la cual para que una noticia sea buena ha de causar un impacto, y donde fácilmente se hace espectáculo del drama del dolor y del misterio del mal, se puede caer en la tentación de adormecer la propia conciencia o de caer en la desesperación”.

No se puede decir más en menos líneas. El papa Francisco propone “un estilo comunicativo abierto y creativo, que no dé todo el protagonismo al mal, sino que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una actitud activa y responsable en las personas a las cuales va dirigida la noticia”. De modo que invita a “todos a ofrecer a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo narraciones marcadas por la lógica de la «buena noticia».



Se trata de crear “una comunicación constructiva que, rechazando los prejuicios contra los demás, fomente una cultura del encuentro que ayude a mirar la realidad con auténtica confianza”. ¿Acaso no experimentamos todos en determinadas ocasiones que algunas informaciones que se nos ofrecen están faltas de rigor, llenas de prejuicios, poco imparciales, en ocasiones falsas o manipuladoras, a veces bocados amargos de juicios a personas…? No es así como se favorece una cultura del encuentro ni un clima comunicativo en el que se cultive la facilidad de encontrar un sentido profundo a la realidad que se nos narra a través de los medios o de las redes sociales. Juzgar la realidad y criticar en libertad no deben ser nunca sinónimos de herir a las personas.

Solo desde la óptica de la confianza y de la esperanza es, como dice el Papa, posible convertir “cada nuevo drama que sucede en la historia del mundo” en “el escenario para una posible buena noticia, desde el momento en que el amor logra encontrar siempre el camino de la proximidad y suscita corazones capaces de conmoverse, rostros capaces de no desmoronarse, manos listas para construir”.

Para los creyentes esa buena noticia tiene un nombre propio: Cristo. Y es una propuesta que no podemos por menos que seguir ofreciendo a este maravilloso universo de la comunicación, en el que los comunicadores, y cuantos les apoyan en su tarea, conceden a la voz y a la palabra escrita ese “poder” magnífico de interrelacionarse unos con otros. La lógica de Jesús, esa que le llevó a darse a sí mismo a todos y a acoger a todos, “nos hace capaces de trabajar ―en las múltiples formas en que se lleva a cabo hoy la comunicación― con la convicción de que es posible descubrir e iluminar la buena noticia presente en la realidad de cada historia y en el rostro de cada persona”, según nos recuerda el papa.

Y en ese espíritu, deseo agradecer el trabajo y la dedicación de los profesionales de la información y de todos cuantos colaboran en el buen funcionamiento de los medios para construir una comunicación auténticamente humana, a quienes saludo con afecto y bendigo en el Señor,

+ Julián Barrio Barrio,

Arzobispo de Santiago de Compostela

Fuente: www.archicompostela.es


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