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El próximo domingo 30 de mayo la Iglesia celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad, además de la Jornada Pro Orantibus, para recordar que, en estos momentos de dificultad, sigue teniendo su importancia la vida contemplativa «que sufre cuando el mundo sufre porque su apartarse del mundo para buscar a Dios es una de las formas más bellas de acercarse a él a través de Él».
El lema escogido para esta jornada es “La vida contemplativa, cerca de Dios y el dolor del mundo” y a partir de él, nuestro arzobispo nos ha escrito una carta, en la que destaca que “como discípulos de Jesús, vivimos siempre entre un “sí” , por la salvación que ya hemos visto realizada en él, y un “todavía no” , que todavía esperamos ver cumplido“.
Mientras vivimos en ese “sí, pero todavía no”, debemos estar cerca de Dios, con la ayuda de la oración, algo muy propio de la vida contemplativa, y cerca del dolor del mundo, pues “si amamos a Dios, abrazamos a sus criaturas que son expresiones de su amor y especialmente a los que sufren“.
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“Lo nuestro es sentir con Jesús el dolor del mundo, luchar con Él contra el mal que aflige a los desamparados, dejar un buen olor a Dios en todas las vidas, ser un recuerdo obstinado del amor que nos rodea a todos”.